Para el viernes no teníamos nada
previsto, además Marisa y yo no nos encontrábamos muy bien, persistía el dolor
de garganta que en mi caso se había incrementado. Decidimos aprovisionarnos en Pozo Alcon de algunos víveres
para cocinar nuestra comida de este día que finalmente fueron unos garbanzos
con arroz que cocinaron entre Miguel y Marisa, todo esto acompañado de una
buena ensalada y un exquisito flan de huevo como postre. Por la tarde breve
paseo y merienda en la cafetería-Pastelería un tanto cutre llamada Confi ,
donde solíamos acudir y coincidir con personajes un poco frikis y con el ruido
constante del trafico.
El sábado tras el desayuno en el apartamento iniciábamos otra de las rutas organizadas por el complejo. Coincidiendo con el fin de semana se había notado un aumento importante de ocupación en el complejo, razón por la cual hasta 15 vehículos participaron en esta salida. Nuestro destino, el Sendero de la Cerrada de Castril y el propio pueblo que recibe el nombre de su río.
La caravana de coches llega a
Castril y aparcamos cerca del sendero que nos llevara al inicio de la pasarela
sobre el rio Castril.
El Sendero de la Cerrada, también llamado Sendero de la Pasarela del río
Castril, se inicia justo al pie de la Peña de Castril, en su cara norte, justo
debajo del pueblo, recorriendo el cañón que el Río Castril forma a su paso por la misma. El acceso al inicio del sendero se realiza desde
el Parque de la Arboleda Perdida. Esta dividido en dos tramos, uno que se hace
a través de una pasarela volada sobre el río y anclada en la roca viva, y otro
que lo cruza por un corto puente colgante y continúa por un túnel, desembocando
en un paraje donde otro puente y un camino nos conduce al pueblo. El Sendero de
la Pasarela, aunque prácticamente sin dificultad, salvo para las personas que
sufren de vértigo, no por ello es menos espectacular ya que discurre por uno de
los parajes mas bellos de la sierras andaluzas.
Lo primero que nos llamara la atención del Sendero de la Cerrada es la antigua central
hidroeléctrica (Fabrica de la luz), construida en la roca viva, comenzó a funcionar en 1918 y estuvo en funcionamiento hasta los años 60, actualmente es una sala de usos múltiples del Ayto. de Castril. Luego pasamos por la Pasarela, hecha de madera y enclavada en la roca viva, mientras vas avanzando te encuentras con diferentes desniveles que se alternan con caminos de tierra que bordean el río. Pasado el puente colgante nos introducimos en la cueva, a mitad de esta una galería lateral nos conduce de nuevo al río a modo de balcón. Encontramos un salto de agua que produce un ensordecedor ruido. Volvemos a la galería principal del túnel y salimos por el otro extremo. Una vez que salimos de la cueva termina el sendero de la cerrada.
Al final del recorrido hay un
antiguo molino (que todavía conserva la maquinaria), es hoy un bar-restaurante
que vigila la unión entre la senda del río y el camino de la villa que, entre
bancales y cultivos propios de la zona, asciende hasta llegar a la Peña de
Castril. Desandamos el camino para
regresar al aparcamiento y adentrarnos en el pueblo para localizar algún sitio
donde comer. Tras deambular sin mucho éxito por el centro de Castril,
terminamos en la terraza del Bar-Restaurante Zafra, no tenían menú por ser
sábado pero comimos bien y con un servicio razonable. Regresábamos a casa hacja
las 16 horas. Por la tarde nos acercamos a Pozo Alcon y tras tomar unas
cervezas en la terraza del Bar La Unión, nos decidimos a visitar la Pizzería Miguel
por sus buenas valoraciones en TripAdvisor, donde degustamos unas buenas pizzas
Lo primero que nos llamara la atención del Sendero de la Cerrada es la antigua central
hidroeléctrica (Fabrica de la luz), construida en la roca viva, comenzó a funcionar en 1918 y estuvo en funcionamiento hasta los años 60, actualmente es una sala de usos múltiples del Ayto. de Castril. Luego pasamos por la Pasarela, hecha de madera y enclavada en la roca viva, mientras vas avanzando te encuentras con diferentes desniveles que se alternan con caminos de tierra que bordean el río. Pasado el puente colgante nos introducimos en la cueva, a mitad de esta una galería lateral nos conduce de nuevo al río a modo de balcón. Encontramos un salto de agua que produce un ensordecedor ruido. Volvemos a la galería principal del túnel y salimos por el otro extremo. Una vez que salimos de la cueva termina el sendero de la cerrada.
Al final del recorrido hay un
antiguo molino (que todavía conserva la maquinaria), es hoy un bar-restaurante
que vigila la unión entre la senda del río y el camino de la villa que, entre
bancales y cultivos propios de la zona, asciende hasta llegar a la Peña de
Castril. Desandamos el camino para
regresar al aparcamiento y adentrarnos en el pueblo para localizar algún sitio
donde comer. Tras deambular sin mucho éxito por el centro de Castril,
terminamos en la terraza del Bar-Restaurante Zafra, no tenían menú por ser
sábado pero comimos bien y con un servicio razonable. Regresábamos a casa hacja
las 16 horas. Por la tarde nos acercamos a Pozo Alcon y tras tomar unas
cervezas en la terraza del Bar La Unión, nos decidimos a visitar la Pizzería Miguel
por sus buenas valoraciones en TripAdvisor, donde degustamos unas buenas pizzas

