El martes 10, nos unimos al
programa de actividades que nos ofrece el alojamiento rural. La ruta de hoy
tiene una salida prevista para las 09:30 horas con destino al nacimiento del
rio Guazalamanco.
Iniciamos la ruta en nuestro Ford Mondeo por la carretera que
lleva al pantano de La Bolera durante unos 3km, luego en una pista de tierra
durante 2km hasta una intersección donde dejamos el coche para iniciar a pie
una pequeña subida de unos 200m. Hasta llegar al mirador de Guazalamanco, desde
donde vemos el barranco con un gran puente de piedra y una antigua casa
forestal, el molinillo y el valle por donde discurre el río Guadalentin.
El Arroyo de Guazalamanco es la joya de la Sierra del Pozo, tras sus cascadas de agua y su pureza nos brindan sus aguas unos saltos de agua excelentes. Nace en la Sierra de Pozo Alcón y desemboca en el Embalse de la Bolera, en su recorrido presenta vegetación de rivera, pinares y encinares. Sus pilonas hacen del baño algo muy especial, se dice que quien no se baña en la pilona del Tío Paco, no a estado en la Sierra de Pozo. El arroyo de Guazalamanco es en realidad un río, tributario del Guadalentín. Tiene su nacimiento en la Fuente Cerrada de la Nava, a unos 1625 metros de altitud, en la Sierra del Pozo. Pese a su título de arroyo, se trata en realidad de un río con caudal permanente.
El arroyo aparece citado en un pleito entre Quesada
y Úbeda en el año 1311 como arroyo de Gonzalo Manco, por lo que, al haber
estado fijada durante un tiempo la frontera entre Castilla y el Reino de
Granada en el Guadalentín, cabe suponer que su nombre se arabizó
posteriormente, habiendo pasado sucesivas veces de manos granadinas a
cristianas y viceversa.
Pasado el mediodía regresábamos al complejo, nos relajábamos en la terraza del bar Km 5 y probábamos por
primera vez el menú de su restaurante, por cierto muy satisfactorio. Tras una
merecida siesta utilizamos el resto de la tarde para conocer Pozo Alcon,
merendar y comprar algo de aceite de la zona y embutidos en la tienda “Jamones
El Chulo”.