Recuerdo que durante su sexto
cumpleaños ya aparecieron indicios de cierto movimiento en su dentadura.
Ha sido durante el mes de septiembre que los acontecimientos se han precipitado.
Hacia días que ya había perdido uno de los incisivos inferiores, después comenzaron a moverse los dos de arriba y casi al tiempo acabaron cayéndose.
Como anécdota, el segundo incisivo superior mas que caerse se vio arrancado al engancharse la toalla en el diente mientras se secaba tras darse una ducha.
Zoe encantada ya que dice que esos huecos le facilitan el poder llenarse la boca de agua y espulsarla a traves de esos orificios, ademas de que el ratoncito Pérez casi siempre colabora con algún regalito.
Es esta una tradición muy extendida.
Se le reconoce como "Ratoncito Pérez" en los países hispanohablantes, con la excepción de algunas regiones de México y Perú, donde se le llama "el Ratón de los dientes"; en cambio, en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Uruguay y Venezuela, simplemente "El Ratón Pérez". Algunas versiones del Ratoncito Pérez le han añadido como nombre de pila: Odón.
En Francia se le llama "Ratoncito" (la petite souris), en Italia se le conoce como "Topolino", "Topino" (Ratoncito) o "Fatina" (Hadita) y en los países germanos, el "Hada de los dientes" (Tooth Fairy). En España se llama Ratoncito Perez y en otras partes de España, como en Cataluña es "l'Angelet" (el Angelito), en el País Vasco -sobre todo Vizcaya-, es "Maritxu teilatukoa" (Mari la del tejado) o en Cantabria
es "L´Esquilu de los dientis" (La Ardilla de los dientes). En algunos
lugares es tradición tirar los dientes de los
niños a los tejados de las
casas.
El origen más probable del ratoncito y su enlace con un hada proviene de un cuento francés del siglo XVIII de la baronesa d'Aulnoy: La Bonne Petite Souris (El Buen Ratoncito). Habla de un hada
que se transforma en un ratón para ayudar a derrotar a un malvado rey,
ocultándose bajo la almohada del mismo, tras lo cual se le caen todos
los dientes.