El viernes 30 nos toca
madrugar, tenemos que salir a las 8,30 en la excursión
programada para el Puerto de Mahon en barca y La Albufera.
Asi que nos
levantamos a as 7 de la mañana, a las 7,30 ya estábamos
desayunando y a las 8,15 listos para embarcar en el autocar
que nos llevaría a la otra punta de la isla donde se encuentra
Mahon, la capital administrativa del Consell Insular de
Menorca con unos 29.000 habitantes.
Ya en el puerto embarcamos
en un catamarán que nos llevarla durante algo mas de una hora
a lo largo del 2º puerto natural mas grande de Europa con una
longitud de algo mas de 6km y que ha sido refugio para
embarcaciones de todos los tamaños desde hace siglos y con un
paisaje en sus márgenes de gran belleza salpicado por las
villas sobre su ribera norte y la propia ciudad de Mahón sobre
la costa sur.
Las características,
excepcionales, de este puerto por la localización geográfica,
es un punto clave en el Mediterráneo occidental.
Situado estratégicamente
en el centro del Mediterráneo occidental, a lo largo de los
siglos ha sido motivo de conquistas y reconquistas de la isla
por parte de las principales naciones europeas.
En la ribera sur del
puerto se encuentra la ciudad de Mahón y el pueblo de Es
Castell, ambas poblaciones disponen de su paseo marítimo. En
ellos se encuentran desde restaurantes, bares de copas y
tiendas diversas. En la ribera norte del puerto se localiza la Fortaleza
de la Mola,
fortaleza militar construida bajo el reinado de Isabel II.
Dentro el mismo puerto se encuentran cuatro islotes, el más
grande en extensión es el Lazareto de Mahón, antigua península
de San Felipe que durante el siglo XIX se convirtió en islote
para ser utilizado como lazareto. Actualmente sigue siendo
propiedad del Ministerio de Sanidad y Consumo, sirve como
residencia de veraneo de funcionarios del ministerio y se
celebran simposios y congresos científicos. El segundo islote
es la isla del Rey en honor al rey Alfonso III conquistador de
Menorca el año 1287. Actualmente este islote se está
recuperando así como sus edificaciones a través de la Sociedad Amigos
de la Isla
del Rey. En tercer lugar está la isla Pinto, islote militar
actualmente en desuso. Y el cuarto y más pequeño de los
islotes es la isla de la Cuarentena,
antiguo lazareto del puerto y que más tarde pasó a tener
funciones militares (actualmente también en desuso). Durante
el trayecto nos obsequiaron con la bebida tipica de la ciudad
llamada “Pomada” que se obtiene mezclando Gin Xoriguer (gin
producido en Mahón, Menorca) con limonada. La proporción
generalmente aceptada como la más idónea para su preparación
consiste en una tercera parte de Xoriguer y dos de limonada.
Esta bebida es consumida
principalmente en verano, sobre todo en las fiestas patronales
que se celebran por todas las poblaciones menorquinas a lo
largo de todo el verano. Suele servirse muy fría e incluso en
forma de granizado las más de las veces. En Ciudadela, esta
palabra no se utiliza y optan por llamar a la mezcla
simplemente "Gin con limonada"
Desembarcamos del
catamarán y de nuevo en el autocar nos dirigimos hacia La Albufera
des Grau que es el parque natural más importante de Menorca.
Cuenta con más de 5.000 hectáreas
y es uno de los puntos claves de la Reserva
de la Biosfera
menorquina dede Octubre de 1993. En su gran extensión se
encuentran cientos de especies animales y vegetales. Destacan
las aves acuáticas (anátidas, garzas, cormoranes) y rapaces
(águila pescadora, milano y águila calzada).
La albufera cuenta también
con algunos restos arqueológicos de interés pertenecientes a
distintas épocas de la cultura menorquina, entre los que se
hallan los vestigios de la cultura talayótica de la finca de
Sa Torreta. Junto a este poblado, se levanta una torre de
defensa medieval, al igual que otra próxima, del siglo XVIII.
Además, el parque comprende parte del Camí de Cavalls (camino
de caballos), una antigua ruta que rodea toda la isla y que
puede aprovecharse para recorrer los puntos más interesantes
de este magnífico espacio natural.
La visita fue breve y nos
limitamos a pasear hasta la zona mas proxima del parque para
enseguida volver por nuestros pasos y dirigirnos hacia el
pueblecito de Es Grau donde aprovechamos para tomarnos un
respiro, tomar algo etc. De muevo en el autocar iniciamos el
camino de regreso hacia el hotel no sin antes hacer una parada
en una tienda de souvenirs y artículos de piel.
Después de la comida,
tuvimos ocasión de establecer con la conexión Wifi que
habíamos contratado para toda la semana una videoconferencia
vía Skipe con nuestra nieta Zoe, luego paseo para conocer la
urbanización donde esta el hotel. Tras la cena, disfrutamos de
un bonito espectáculo flamenco en el salón de la planta baja
que además de cafetería dispone de un estupendo escenario. Las
instalaciones del hotel, muy bien, estábamos situados en la
planta primera (1038) con vistas al jardín donde los árboles
no nos dejaban apenas ver el mar. Normalmente accedíamos a la
planta por una bonita escalera que terminaba en una amplia
zona de descanso de donde partían tres pasillos que formaban
las tres alas del edificio por donde se repartían las
habitaciones. Su interior sencillo, sin lujos pero con todo lo
necesario, buen armario, buena cama, cuarto de baño amplio
etc.