En 1971 yo tenía 22 años. Mi
experiencia como pintor había comenzado apenas dos años antes
y de una manera un tanto casual, pero eso no fue obstáculo
para que me sintiera atraído por esta obra de Juan Gris que
nada me decía sobre el cubismo pero que me atraía por sus
formas y colores. Durante años la copia que hice de este
cuadro ha permanecido expuesta en casa de mi madre que no
dudaba en enseñársela a cuantas personas la visitaran. Hoy
la enfermedad la ha obligado a abandonar su casa y con ella
todos sus recuerdos. Alguno de esos recuerdos los he
recuperado para mi, como esta copia del cuadro de estilo
cubista original de Juan Gris que pinto hacia 1918 que tituló
"El Hombre de Tours" y que actualmente se encuentra expuesto
en el Museo Nacional de Arte Moderno “Georges Pompidou” de
Paris.
En estos días durante mis clases en
el taller “Arte Express” he vuelto a recordar el cubismo, sus
comienzos, sus artistas mas importantes, y esta obra mía que
ya tiene casi 40 años.
El Arte ya no fue el mismo tras la
aparición del Cubismo. El agotamiento del Arte tradicional
conduce a artistas como Picasso y Braque a plantearse nuevos
sistemas de representación de la realidad.
Las fuentes que sirven de inspiración
al Cubismo están en el Arte negro, el de Oceanía, el antiguo
Arte ibérico y la obra de Cézanne con su esencialización
geométrica de las formas.
El inicio del movimiento arranca en
1907 con el cuadro de Pablo Picasso “Las señoritas de
Avignon.” Junto a él, Braque es el otro gran pintor que
contribuye al desarrollo del Cubismo.
La influencia del Cubismo alcanza a
otros movimientos vanguardistas. El Arte del siglo XX no
hubiera sido posible sin él.
Un pintor español que desarrolló su
actividad principalmente en París como uno de los maestros del
cubismo fué Juan Gris (José Victoriano González-Pérez
1887-1927).
Entre 1904 y 1906 estudia en la
escuela de artes y oficios de Madrid. En su adolescencia es
ilustrador de publicaciones como Blanco y Negro y Madrid.
En 1906 para evitar la milicia y
conocer vida artística, se muda a París donde conoce a Pablo
Picasso y Georges Braque.
Sus primeros intentos como pintor
cubista son de 1910 aunque en los museos españoles existen
pocos ejemplos.
Por primera vez en 1906 emplea el
seudónimo de Juan Gris y en enero de 1912 hace su primera
exposición, irrumpiendo públicamente en el cubismo.
Entre sus mejores amigos hay que
contar al crítico Maurice Raynal y a Braque, del que comenzó a
distanciarse en 1919. También mantuvo una estrecha amistad con
Picasso, que sin duda lo admiraba.
Pronuncia una conferencia, el 15 de
mayo de 1924 en la Universidad de la Sorbona, Sobre las
posibilidades de la pintura, donde resume su pensamiento
estético. A partir de ese momento su nombre comienza a ser
conocido en Europa.
La clave probablemente de la pintura
de Juan Gris está en la relación de los objetos con el espacio
plástico, siendo éste el que se define a partir de aquellos.
«Es hermoso, un pintor que sabía lo
que hacía», le dijo un día Picasso a Kahnweiler delante de un
lienzo de Juan Gris. En efecto, belleza estética y reflexión
intelectual se aúnan en la obra del más puro y arquetípico de
todos los pintores cubistas.
La cálida y alegre atmósfera
mediterránea le inspira, sin embargo, toda una serie de
naturalezas muertas con ventanas, donde descubre una veta
amable que coincide en el tiempo con sus composiciones de
melancólicos personajes.
Y así se desarrolla su estilo de los
últimos años, vividos en un régimen casi monacal (pintura por
las mañanas, reposo y dibujo por las tardes), hasta que una
complicación de su afección pulmonar terminó con su vida en
1927.
Por desgracia, la muerte de Juan Gris
no ocupó grandes titulares ni impulsó el reconocimiento
inmediato. Aún hubo que esperar varios años para que se le
considerara unánimemente como uno de los grandes maestros del
cubismo.