30 octubre 2024

Memorria Escrita (Capitulo 4), Caras, Cruces y Tradición: Una dia Santo en Cantarranas

Algunos de los recuerdos más entrañables de mi infancia discurren alrededor de un lugar llamado Plaza de Cantarranas en la ciudad de Valladolid. Nos situamos en 1960, con 10-11 años solía acudir los domingos por la mañana para intercambiar cromos de la colección en boga en esos momentos.
La plaza, ubicada en el casco histórico de la ciudad, es un lugar con mucha historia y encanto. Esta plaza, pequeña, ha sido un
punto de encuentro tanto para locales como para visitantes, y aunque su nombre pueda sonar curioso, está ligado a un ambiente popular y hoy en día es conocida por su vida social vibrante, especialmente por la cantidad de bares y tabernas que la rodea, además, su proximidad a la Universidad la hace popular entre los estudiantes, que suelen reunirse en sus alrededores.
En aquellos años un edificio que destacaba era el cabaret Alaska, que se convirtió en un referente de la vida nocturna de la ciudad. Este cabaret ofrecía espectáculos de variedades que incluían desde música en vivo hasta shows de baile y otros números artísticos. Era uno de los pocos lugares en Valladolid donde se podía disfrutar de un tipo de entretenimiento considerado en ese entonces atrevido y novedoso.
Como decía al inicio, también fue un conocido punto de encuentro para coleccionistas de todo tipo, especialmente los domingos. Durante años, este espacio se llenaba de personas interesadas en intercambiar, vender o comprar objetos de colección: desde monedas, billetes y sellos hasta cromos, cómics y postales. La plaza se convertía en un pequeño mercado de intercambio donde aficionados de todas las edades se encontraban para buscar tesoros y compartir su pasión por el coleccionismo.
Su curioso nombre, proviene de un tiempo en que la zona estaba sin urbanizar, el rio Esgueva discurria por la plaza en su camino hacia su encuentro con el Pisuerga y que contaba con pequeñas lagunas o charcas donde era común escuchar el croar de las ranas, sobre todo al atardecer. Hoy en día, aunque el paisaje urbano ha cambiado completamente, la plaza conserva el nombre original de Cantarranas, en honor a sus humildes comienzos, y sigue siendo un lugar importante en la vida social vallisoletana que paso a llamarla cariñosamente plaza de Cantarranillas. Este diminutivo refuerza el apego popular que la plaza ha tenido a lo largo de los años. Se ha usado este nombre como una expresión de cercanía y de encanto de una pequeña plaza, que aunque modesta, ha sido un importante punto de encuentro social y cultural en la ciudad.
La plaza comenzó como un espacio abierto en una zona periférica pero se sabe que en el siglo XIX ya existía como un espacio de convivencia y comercio aunque no se conoce el momento exacto de su fundación.
Cantarranas o Cantarranillas, es famosa por la tradicional tirada de las chapas que se celebra cada Viernes Santo. Es una tradición popular en Castilla y León, especialmente arraigada durante la Semana Santa. Este juego de azar es uno de los más antiguos de España y en Castilla y León ha quedado fuertemente vinculado a esta festividad religiosa.
Se trata de una costumbre muy arraigada en Valladolid. Este juego, prohibido durante la dictadura y permitido únicamente durante esta fecha, ha sido parte de la Semana Santa vallisoletana desde hace siglos.
 En el juego, que combina azar y apuestas, se lanzan dos monedas al aire y los jugadores apuestan si caerán "a caras" o "a cruces". Antes de lanzar las monedas, el tirador anuncia la famosa frase: "El que tira va a caras", lo que añade un toque pintoresco y tradicional al juego.
El juego de las chapas tiene orígenes que se remontan al Imperio Romano, donde existían juegos similares con monedas. 
En la Edad Media, su práctica se extendió a diversas regiones de España, y poco a poco se fue afincando en Castilla y León, especialmente en áreas rurales. Su práctica podría tener su origen  en la imitación del sorteo que, según los Evangelios, hicieron los soldados romanos con las vestiduras de Cristo durante su crucifixión. 
Yo solía acudir solo como espectador ya que a los menores no nos estaba permitido participar en el juego, entonces utilizaban dos monedas de 10 céntimos de peseta(La perra gorda de 1870), de unos 10gr de peso, 30mm de diámetro y acuñada en cobre. Hoy día entiendo que se utilizaran monedas de Euro.
En el juego podrán participar un número ilimitado de jugadores. Un jugador ejerce de "Tirador"  que es el que lanza las monedas al aire, una vez que los demás apuestan. Los jugadores apuestan a caras o cruces, Si salen dos caras gana los que apostaron a caras, si salen dos cruces ganan los que apostaron a cruces, si salen una cara y una cruz, la apuesta queda anulada y se repite la tirada. El hecho de que las monedas sean lanzadas sobre una superficie plana,una mesa improvisada o el suelo, crea gran expectación entre los jugadores.
En muchas localidades, el Viernes Santo no está completo sin las partidas de chapas, que suelen organizarse en plazas, tabernas o incluso en calles adyacentes a las procesiones de Semana Santa, considerado por los vecinos como un patrimonio inmaterial que merece ser preservado.
En la mayoría de las comunidades autónomas, las apuestas no reguladas están prohibidas, pero en Castilla y León existe una excepción legal para el juego de las chapas, siempre que se practique exclusivamente durante el Viernes Santo.
Durante la guerra civil en algunas regiones de Castilla y León, incluso en momentos de gran tensión y penuria, el juego de las chapas continuó practicándose. Se cuenta que, en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, un grupo de soldados republicanos que ocupaban la zona se unió a los vecinos en una partida de chapas en Viernes Santo, buscando distraerse de la dureza del conflicto. Los soldados, que provenían de diferentes puntos de España, no conocían el juego, pero se integraron rápidamente. Lo irónico de la historia es que uno de los soldados se llevó todas las apuestas y, según dicen, dejó a los vecinos sin un céntimo en la bolsa.
En este juego, las apuestas suelen ser pequeñas, y el ambiente es más bien festivo. Sin embargo, en algunas anécdotas a lo largo de los años, se ha hablado de partidas donde las apuestas se dispararon hasta niveles insospechados.
Tambien ha sido reflejado en la cultura popular y el cine. Un ejemplo notable es la película "El disputado voto del señor Cayo" (1986), basada en la novela de Miguel Delibes.
El juego de las chapas es más que un simple entretenimiento: es un vínculo entre generaciones, una oportunidad para que los vecinos de los pueblos de Castilla y León se reúnan y celebren su identidad cultural.  A través de este sencillo juego de azar, se perpetúa una costumbre que ha sobrevivido a los cambios sociales y económicos de la región, adaptándose a los tiempos pero manteniendo su esencia.
Anotación: La perra gorda era el nombre popular con el que se denominaba a la moneda española de 10 centimos de peseta de 1870, emitida por el gobierno provisional. Esta manera de referirse a esta moneda fue dada en alusión al extraño león que aparecía en el reverso (al que se confundía con un perro cuando esta se desgastaba). Mantuvo esta denominación sus sucesoras del mismo valor de 1877 a 1879 ya en la época de Alfonso XII.

En el juego de las chapas, el reparto de las apuestas entre los ganadores se hace de forma sencilla y equitativa. Así es como suele funcionar el proceso:

  1. Apuestas a Caras y Cruces: Antes de cada tirada, los jugadores colocan sus apuestas en dos montones diferentes, uno para caras y otro para cruces, según su elección.

  2. Resultado de la Tirada:

    • Si el resultado es caras (ambas monedas caen mostrando cara), los jugadores que apostaron a caras ganan.
    • Si el resultado es cruces (ambas monedas caen mostrando cruz), ganan los jugadores que apostaron a cruces.
    • Si el resultado es un empate (una cara y una cruz), no hay ganadores ni perdedores, y se repite la tirada.
  3. Reparto de las Ganancias:

    • Los ganadores recogen el dinero del grupo de los perdedores. Por ejemplo, si ganan los que apostaron a caras, ellos se reparten el dinero apostado por los que eligieron cruces.
    • La distribución se hace de forma equitativa entre los ganadores. Cada jugador que acertó recibe una cantidad proporcional a lo que apostó. Si todos apostaron la misma cantidad, el reparto es igual; si las apuestas son de diferentes cantidades, se ajusta para que cada ganador reciba en proporción a su apuesta.
  4. Nuevas Rondas:

    • Una vez repartidas las ganancias, se inicia una nueva ronda si los jugadores desean continuar, colocando nuevas apuestas para la siguiente tirada.

Este sistema de reparto se basa en la confianza entre los jugadores y en la supervisión de todos los presentes, que aseguran que el reparto sea justo y se eviten malentendidos.